EL OBSERVADOR es un diario de derecha. Sin embargo se puede leer en sus páginas las notas de Leonardo Haberkorn, quien arroja luz sobre algunos episodios y protagonistas de la dictadura cívico militar de los años 70 del siglo pasado que son materia pendiente, así como hechos recientes relacionados con maniobras de ocultamiento de información para asegurar la impunidad o suavizar el castigo de algunos de aquellos criminales.

CABILDO ABIERTO es un partido de derecha. Sin embargo entre sus legisladores electos está Eduardo Lust, quien plantado firmemente contra UPM 2, hace aportes muy valiosos en lo relacionado a la defensa de los recursos naturales y el patrimonio nacional, encarnando la resistencia y prometiendo derrotar el proyecto colonialista finlandés que despierta indignación popular.

¿Cómo se explica que en las entrañas de aparatos de derecha, tengan lugar personas que representan pensamientos de izquierda?

En un audio reciente, el futuro Diputado Lust cerró su mensaje leyendo “Cielito del 69” de Mario Benedetti, incluyendo las palabras “con un arriba nervioso y un abajo que se mueve”. Cabe preguntarse qué diría el autor de esos versos si pudiera enterarse del uso que le da el integrante de un partido de derecha que cobija a represores que pisotearon a los de abajo sin mostrar después ningún arrepentimiento, rodeados de cómplices que justifican la dictadura con nostalgias autoritarias, como el propio Haberkorn se ha encargado de hacer notar.

“Lo que pasa es que ya no hay izquierdas ni derechas en el mundo de hoy”. Ese es el argumento con el que corren presurosos los que se sintieron aliviados cuando Francis Fukuyama publicó su famoso libro “El fin de la historia”. Pero la realidad es que izquierda y derecha siguen existiendo, porque no ha cambiado nada respecto a los intereses de la clase trabajadora y los de sus explotadores, representados en dos ideologías opuestas. Lo que va cambiando es la forma en que opera la derecha en cada coyuntura histórica, para parecer menos mala.

Por eso en general la derecha gusta diluir divisiones para proclamar la “unidad” que le sirve: en vez de soldados y oficiales prefiere hablar de “la familia militar”, en vez de peones y patrones habla de “la familia del campo”.

Que EL OBSERVADOR publique notas de Haberkorn no le da barniz de izquierda, así como que Lust represente a CABILDO ABIERTO no blanquea la tenebrosidad de ese colectivo. Siguen siendo aparatos de derecha cuyos creadores no persiguen la verdad que el periodista aporta o la defensa de la soberanía popular que el Diputado sostiene. Si les conceden el lugar que ocupan es porque estratégicamente les conviene. Cuando deje de convenirles, no tendrán reparos en cambiar de estrategia.

Es importante estar advertido de esto para no equivocarse. La derecha puede aparentar que da cabida a iniciativas de izquierda para debilitarla, para confundir, con el objetivo de crear un espejismo que desoriente, inducir por un camino que lleva al destino no deseado.

Sigamos leyendo las notas de Haberkorn y acompañando las acciones de Lust, sin olvidar que quienes hoy los auspician, tal vez mañana ya no los consideren útiles a sus intereses, que siguen siendo los mismos de siempre, al decir de Benedetti, los del “arriba nervioso”.

Aníbal Terán Castromán
Vocería del Partido Humanista, integrante de Unidad Popular.
092 916 334, ateran@adinet.com.uy.
Treinta y Tres, enero 11 de 2020

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